Así es, habéis leído bien, nuestra piel tiene su propio “reloj”, marca su ritmo circadiano.
Algunos investigadores han demostrado que las diferentes células de la piel (queratinocitos, fibroblastos y melanocitos) actúan de forma coordinada, favoreciendo una sucesión de funciones rítmicas, de manera que las tasas de regeneración de la piel son mayores durante la noche, mientras que al ser estimuladas por la luz las células reducen el proceso regenerativo y pasan a activar su sistema de defensa endógeno, correspondiente a las enzimas antioxidantes.
Teniendo en cuenta esta perspectiva, la aplicación de la cosmética en momento adecuado nos permitirá potenciar procesos de protección y regeneración naturales de la piel.
La exposición a primeras horas de la mañana de la piel a la luz activará genes para protegerse de la radiación ultravioleta y aumenta la secreción sebácea. Este sería un buen momento para aplicar protección solar y activos antioxidantes, que ayudarán a su vez a frenar la formación de radicales libres.
En la noche empeora la función barrera, disminuye la secreción de sebo y se produce mayor pérdida de agua. Es entonces cuando deberíamos aplicar activos hidratantes así como los que favorecen la regeneración celular, Retinol, AHAs ( Hidroxiácidos), mascarillas nutritivas… ya que, los principios activos penetran y queden a disposición células de capas más profundas durante este periodo del día.
El don de la oportunidad para retrasar el envejecimiento ha llegado a tu piel! Siéntela y dale lo que necesita en cada momento, de esta manera, podrás mantener a raya la intensidad de las manchas en el rostro, los poros dilatados, exceso de secreción sebácea, etc…